Existen un puñado de profesiones que son las que se citan siempre cuando se trata con niños: astronauta, futbolista, médico, veterinario, etc. Pero nunca vas a acercarte a un niño y decirle: “tú vas para cerrajero”. Suena un poco raro, ¿no? Y a buen seguro que ningún niño dirá que su sueño es ser cerrajero. Pero mientras haya puertas que abrir, necesitaremos cerrajeros.
Y eso es lo que ha debido pensar mi hijo, que ya no es ningún niño, pero todavía es muy joven. Desde luego que no hay ninguna tradición vinculada a este oficio en la familia. Es cierto que alguna vez hemos tenido que buscar cerrajeria 24 horas en vigo por un problema con unas llaves. Y también es verdad que un servidor tiene algún tipo de trauma con las cerraduras porque ya he tenido a lo largo de mi vida dos o tres problemas con el tema. Tal vez mi hijo ha pensado que, si existen muchos “inútiles” como yo por ahí, lo mejor es prepararse para ser cerrajero, porque trabajo nunca va a faltar.
Cuando un día me vino mi hijo hablándome del tema no fue como eso de “mamá, quiero ser artista”. No sufres ni nada porque se vaya a dedicar a una profesión de futuro complicado. Ser cerrajero es una profesión muy demandada pero que requiere una formación muy especializada. Y saber encontrar tu lugar en el mercado. Por eso, y porque no tenía ni idea de cerrajería, al margen de mis experiencias con cerrajería 24 horas en Vigo, me puse a buscar información sobre el tema junto con la que me aportó mi hijo.
Es verdad que mi hijo siempre ha tenido muchas habilidades manuales. Le encantaban los rompecabezas y montar y desmontar cosas. Y era capaz de hacer inventos muy curiosos usando todo tipo de artilugios. Sin embargo, otras aficiones de los chicos de su edad como el deporte le traían sin cuidado. Pero le advertí que, si iba en serio con formarse para ese oficio, debía llegar hasta el final, que se lo pensara muy bien antes de iniciar los cursos, porque luego el tiempo pasa, que yo lo sé por experiencia personal.