La tarta de la abuela gusta prácticamente a todo el mundo y no puede ser más sencilla de hacer. Tiene su origen en cuándo se celebraban los cumpleaños en casa y las madres, ahorradoras como ellas solas, se las ingeniaban para hacer una tarta económica y muy sabrosa con solo tres ingredientes: galletas, flan y chocolate. La tarta podía tener sus matices en cada casa pero era básicamente igual siempre.