Me ha tocado hacer limpieza en casa de mis padres y me he dado cuenta de la cantidad inmensa de cosas que había ido apilando con el paso de los años. En vez de tirar las revistas, los catálogos y demás, lo guardaba todo, pensando que quizás algún día me sirviese para algo, aunque nunca sabía muy para qué. Sobre todo, cosas relacionadas con el cine, la música y el arte.
La verdad es que pasé horas muy entretenidas admirando aquellos ‘tesoros’ que fui guardando en los cajones sin ton ni son. Descubrí un montón de Folletos de discográficas, cuando estaba muy metido en el tema musical. Ya se sabe que los amantes de la música somos un poco coleccionistas y nos gusta guardar todos los recuerdos asociados a determinados grupos o épocas musicales.
Durante un tiempo, antes de que llegara internet, yo compraba muchos discos de importación que solían llegar con diverso material de promoción. No tiraba nada: todo lo guardaba por si algún día lo volvía a consultar, tal vez creyendo que todos aquellos papeles me servirían un día para hacer algún tipo de retrospectiva. Supongo que pensaba en el grupo de música que iba a montar y en el libro tipo Anthology que editaríamos muchos años después cuando fueron adorados. Toda esa información sería ‘valiosísima’ para explicar el origen del grupo.
Entre los folletos y los catálogos también encontré numerosas entradas de concierto y de películas. Todo lo guardaba. Y también es verdad que mirando las fechas de los conciertos y de las sesiones de cine fue como si montase en una máquina del tiempo. Recordé con quien fui a tal o cual concierto y quien me acompañó a aquella película que tenía tantas ganas de ver.
Lo que en principio me debía haber llevado unas horas (cogerlo todo y tirarlo) se convirtió en una tarea que ocupó varias semanas. Ante cada objeto de la ‘colección’ me detenía y pensaba en su origen y en la razón por la que lo guardé. Supongo que, en el fondo, esperaba que algún día llegase ese momento: el día en el que me desharía de todos esos recuerdos brindándoles un último homenaje.