No conozco nadie que disfrute de las mudanzas. Es un engorro aunque cambies una chabola por un palacio, cosa que no suele suceder… En mi caso, hasta ahora, creo que la mayoría de cambios de piso han sido para mejor, pero cada nueva mudanza ha sido más complicada que la anterior. Pasé de tirar yo mismo con una carretilla con mis cuatro enseres la primera vez que tuve que mudarme a contratar una empresa profesional con un camión y todo en la última. Y creo que se avecina otra mudanza más y ya estoy temblando.
Siempre que pienso en una mudanza me agobio porque no terminan nunca. No solo se trata de trasladar el sofá, el somier con patas plegables y demás. Primero hay que prepararlo todo, durante días, a veces durante semanas y luego colocarlo todo en el nuevo espacio. A veces parece que una mudanza no termina nunca. Puedo poner de ejemplo la última que he tenido que hacer.
Hace ya unos 8 meses que vivo en mi actual casa: pues la mudanza todavía no ‘ha terminado’. ¿Por qué? Tengo como unas 7 u 8 cajas sin abrir en el trastero, y hay una caja en el baño suyo contenido no sabemos dónde poner porque no hay sitio suficiente, así que ahí se ha quedado. Si alguien viene a nuestro baño se sorprenderá de que guardemos botellas de vino en un espacio tan poco propicio: en realidad no es vino, sino una caja usada para productos de aseo personal, pero no queda muy bien…
¿Y lo del trastero? Llevo meses diciéndome: “este fin de semana, sin falta, bajo a por las cajas para traerlas arriba”. Pero nunca es ese fin de semana. Así que esta última mudanza no ha terminado oficialmente y ya estoy pensando en la siguiente. Hasta he anotado el nombre de una empresa que parece muy profesional. Los he visto descargando en mi edificio, camas, somier con patas plegables, un poco de todo, y parecían mucho más profesionales que los que yo contraté la última vez. Eso será para la siguiente mudanza, que creo que no tardará…