Nuestra lavadora se ha quedado antigua: ni siquiera tiene pantallita ni nada para seleccionar los programas. Tiene tres roscas para decidir las revoluciones, la temperatura y el número de programa y algunos que otros botones cuyas funciones desconozco en su mayoría. Pero el hecho de que no tenga una pantalla no es un problema para mí: sí lo es, en cambio, que funcione más bien mal. Aunque también es cierto que debería haber leído las instrucciones algún día…
La lavadora me cae bien. En realidad, no tengo nada en contra de ella. Me pasa lo mismo con el resto de electrodomésticos de casa: les voy cogiendo cariño a medida que envejecen, a medida que pasan tiempo conmigo. Tengo debilidad por las cosas que van cogiendo polvo en casa. Por eso el concepto obsolescencia programada me molesta bastante: el hecho de que, en algunos casos, las propias marcas diseñen sus productos para morir en determinado momento, como si fueran el Nexus 6 de Blade Runner.
Sé que el momento de mi lavadora se acerca y ya he estado mirando Ofertas Lavadoras baratas. Son productos generalmente caros porque se usan mucho. Junto a la nevera, es de esos electrodomésticos imprescindibles en una casa, aunque en España están empezando a aparecer lavanderías como en otros países. Pero eso supongo que tiene más sentido para los singles sin hijos. Cuando andan unos cuantos churumbeles por casa, lo de tener una lavadora es asunto de vida o muerte.
No pretendo comprar una lavadora cara, pero sí que ofrezca un buen rendimiento. Y que dure lo más posible. Hay algunas marcas que se están poniendo las pilas a nivel de diseño y algunas lavadoras entran por los ojos como no lo hacían antes. Pero lo que yo necesite es una lavadora recia y fiable, por eso prefiero Ofertas Lavadoras baratas y dejarme de líos.
Mientras llega la nueva lavadora me estoy despidiendo de la antigua que nos ha dado un buen servicio pese a que siempre tuvo algunos problemillas. Lo de perder las instrucciones el primer día, tampoco ayudó, eso sí.