Llega el verano y el buen tiempo y todos queremos tener la casa bien iluminada y disfrutar de la luz natural que nos ha sido negada durante tantas horas de invierno. Aireamos mucho más la casa y nos encanta entrar en una habitación y ver como la intensa luz del sol la baña.
Pero esa misma luz del sol puede tener consecuencias desastrosas en una habitación. Entre las peores de todas podemos destacar:
-Deterioro de los muebles. Muchos muebles, tanto de madera como de otros materiales, se estropean debido al sol continuo. Daños en el barniz, en el color, en la pintura etc son frecuentes, por eso muchas veces se protegen con cortinas e incluso con sábanas por encima en las casas a las que no se va con frecuencia.
-Deterioro de los suelos. Los suelos de madera sufren la acción del sol y acaban con el barniz estallado y con la madera levantada. Dado que el parquet no es precisamente barato en sus arreglos, es importante tener cuidado y conservarlo lo mejor posible.
-Daño en las cortinas. Tanto es el daño del sol en las cortinas a medio y a largo plazo que más de una persona se ha encontrado que, al querer descolgarlas, se le han roto entre los dedos por algunas zonas. Esto es debido a que el sol acaba quemando los tejidos y, aunque estos parezcan impecables a simple vista, las fibras se han roto y con solo tocarlas se desintegran.
-Daño en otros textiles. El sofá, las alfombras e incluso algunas colchas de cama pueden acabar muy dañadas si el sol les da durante horas a lo largo de meses. No solo se producen cambios de color, sino que algunos tejidos se queman igual que sucede con las cortinas y acaban perdiendo totalmente sus facultades.
Los estores enrollables de screen son, sin lugar a dudas, la mejor protección para muebles y suelos de madera, permitiendo disfrutar de luz natural pero filtrando la acción directa de los rayos de sol, que tanto daño pueden hacer. Estas telas permiten que pase luz pero no dejan pasar los rayos UVA causantes de los daños del sol.
Así, el hogar está protegido y no hay que preocuparse de que nada se estropee, ni tan siquiera los estores, ya que su tela no sufre por la acción del sol, siendo siempre igual de bonita.