Nadar y guardar la ropa, una expresión que hace referencia a esas personas que son capaces de tener un as bajo la manga, un seguro, ante cualquier ocasión. Vivir es una experiencia que no está exenta de riesgos y por eso hay que saber guardar la ropa y tener siempre algo que nos ayude a salir de las situaciones más complicadas, como por ejemplo las enfermedades. Con adeslas seguro puede ser ese salvavidas al que agarrarse cuando algo se tuerce en el terreno de la salud, garantizando el mejor resultado y una atención de alta calidad y sin esperas.
Un seguro de salud permite, por ejemplo, escoger profesionales y clínicas. De esta manera solo nos atenderán en dónde nosotros deseamos que lo hagan y por parte del cuadro médico en manos del cual elegimos poner nuestra salud. Porque no es un tema menor, estamos hablando de nuestra salud o, todavía más importante, de la salud de las personas más importantes para nosotros, como pueden ser nuestros hijos. ¿No quieres que si tienen que acudir al médico puedas tener bajo control las decisiones respecto a quienes lo van a atender?
Evidentemente, hay veces en las que hay que dejarse llevar y tomarse las cosas como vienen porque no podemos controlar todo lo que ocurre y tratar de hacerlo nos llevaría a una situación de estrés insoportable. Pero, no hay duda al respecto, la salud no es una de esas cosas. Ahí sí podemos quitar nuestro lado más controlador y planificador sin que tenga nada de malo hacerlo. Tener claro cómo queremos ser atendidos y por quién no tiene nada de negativo, más bien todo lo contrario. No hay que olvidar que una vez que aparece la enfermedad, ya es tarde para contratar un seguro de salud.
Y si hasta hace poco las personas mayores de una determinada edad no podían gozar de los privilegios que aporta un seguro de salud, hoy ya no es así en absoluto y los seguros de calidad como Adeslas ya cuentan con productos pensados para que aquellas personas que disfrutan de su edad dorada puedan seguir contando con una atención VIP. Y se trata de productos totalmente adaptados a las necesidades de esta etapa de la vida, que son muy distintas a las que pueden tenerse cuando se es adolescente o cuando se es un adulto joven.