A vueltas con las zapatillas 

Soy muy fan de las zapatillas deportivas, pero últimamente no doy pie con bola, como se suele decir. Llevo una racha muy mala con las zapatillas: o no me gustan como las veía por internet, o me hacen daño o vienen con alguna imperfección. De forma que en los últimos tiempos he hecho un cursillo acelerado de devolución de productos por internet. Tengo que decir que en la mayoría de casos el funcionamiento es notable ya que son conscientes de que es algo muy valorado por los clientes, pero no siempre es así. 

En uno de los casos, el problema era tan tonto como que las zapatillas habían venido con unos problemas en los cordones. Entiendo que a lo mejor se trataba de un producto que había sido devuelto por otro comprador y me lo habían endilgado a mí. Asumo que los productos que devuelven otros clientes pueden ser entregados a otros, pero siempre que estén en perfecto estado, que al menos ‘no se note’ que han sido usados, ¿no?

Como ya me daba un poco de pereza protestar y ya había tenido suficientes malas experiencias últimamente me decidí a buscar un fabricante de Cordón trenzado para comprar unos cordones lo más similar posible a los que traían las zapatillas. Porque no es tan sencillo encontrar hoy en día una tienda que venda cordones de varios tipos. Antes había mercerías en el barrio, pero ahora no es fácil encontrar una.

Así que busqué por internet y al final encontré un fabricante de cordón trenzado con gran experiencia en este sector. Por supuesto, fabricaba cordones para un montón de sectores, porque no creo que se pueda vivir exclusivamente de vender cordones para zapatillas, pero luego indagué y descubrí que muchos de los cordones de las zapatillas que yo llevaba procedían de esta empresa. 

Y aprovechando que tenía que hacer el pedido y que podía añadir por un poco más de dinero más cordones decidí pedir algunos alternativos para otras zapatillas. Y es que soy de los que le gusta cambiar mucho, y variando el tono de los cordones, la zapatilla ya tiene otro aspecto.