Nadie quiere pensar en qué pasará después, pero siempre es más práctico estar mínimamente preparado que no estarlo, o que la familia tenga que improvisar en los peores momentos. Desde luego que nadie quiere pensar en estas cosas, pero el coste que tiene que asumir una familia cuando muere una persona es considerable, además de la carga burocrática que supone y para la que, a menudo, nadie está preparado por la dificultad propia de esos momentos.
Por lo tanto, lo más práctico es contratar un seguro, como adeslas decesos, y despreocuparse del asunto… hasta que llegue el momento. Pero, ¿qué tipo de coberturas tiene un seguro de esta clase? Por supuesto, no todos los seguros de decesos son iguales ni tienen el mismo coste, pero buena parte de ellos parten de la misma base, ofrecer al asegurado y a su familia la cobertura de los gastos básicos de un fallecimiento, empezando por los propios servicios fúnebres.
Hay que tener en cuenta que el sepelio conlleva diferentes gastos que incluyen el arca fúnebre, el acondicionamiento del cuerpo, los servicios religiosos, la lápida, inscripción, etc. Una de las coberturas básicas de adeslas decesos cubre esta clase de gastos. Así mismo, también podemos encontrar otra clase de coberturas complementarias como puede ser la asistencia en traslados. Hay que contar con que un deceso puede llegar en cualquier momento y los gastos de repatriación, si se da en otro país o un lugar alejado pueden ser considerables. La cobertura por traslados se encarga de cubrir estos desembolsos.
Por otro lado, también hay que valorar otra clase de servicios asociados a los seguros de decesos que se pueden disfrutar ‘en vida’. Esto sucede, por ejemplo, con la propia asistencia en viajes. Ante un accidente más o menos grave que sucede en otra latitud, pueden darse dificultades para acceder a la cobertura médica tal y como no sucedería en nuestro país. Los seguros de decesos también ofrecen asistencia complementaria en viajes si añadimos esta cobertura al seguro. Así pues, esta clase de seguros también se pueden adaptar a diferentes circunstancias además del propio fallecimiento.