Las empresas de mantenimiento informatico en Barcelona señalan que una de las incidencias más habituales a la que tienen que hacer frente no está relacionada con los ordenadores, sino con las impresoras. Son estos aparatos ‘complementarios’ los que, en muchas ocasiones, dan más quebraderos de cabeza tanto a los propietarios como a los técnicos. ¿A qué se deben estos fallos en las impresoras?
En la época en la que trabajé en oficinas lo pude comprobar por mí mismo. En realidad, tengo que decir, ahora que no me oyen mis ex compañeros de trabajo, que el hecho de que existan tantas incidencias informáticas en el trabajo, tanto en empresas privadas como en instituciones públicas se debe, en gran parte, a la falta de conocimiento y negligencia de los trabajadores.
Es una realidad, y nadie tiene que echarse las manos a la cabeza. Así lo consideran también en varias de las empresas de mantenimiento informatico en Barcelona. Obviamente no pueden decírselo a los clientes, pero sí les aconsejan que tenga ‘cuidado’ con los equipos.
Cuando yo trabajé para la empresa pública vi cosas nadie creería, como en dijo el otro en aquella película de ciencia ficción. Creo que, en general, los trabajadores tienen más ‘cuidado’ en la empresa privada.
Con los equipos de impresión no había casi semana en que no pasase algo. Obviamente el uso era bastante habitual. Pero ante cualquier mínimo problema, muchas personas no tenían ninguna paciencia, ni actuaban con sentido común, entraban como un elefante en una cacharrería y los resultados eran nefastos.
Las impresoras son aparatos bastante delicados. Es posible que también tengan responsabilidad las casas fabricantes pero el hecho es que dan bastantes problemas, pero la mayor parte de ellos son de fácil resolución. No hace falta arrancar el toner de cuajo…
Por ejemplo, los atascos de papel o la impresión difusa son muy habituales. Las cosas se complicaban porque las impresoras, al contrario que el ordenador, eran ‘comunales’ y si se estropeaban, buena parte de la oficina se veían afectados.
El consejo más evidente que se puede dar es: trata a tu impresora de trabajo como si fuese la de tu casa, seguro que así dura más.